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Empleados de Comercio acuerdan una suma fija extra de $100.000 hasta marzo de 2026

La nueva revisión paritaria de Empleados de Comercio confirmó un esquema de sumas fijas que totaliza $100.000 en concepto de adicionales no remunerativos entre diciembre de 2025 y marzo de 2026. El entendimiento fue sellado entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) y las principales cámaras empresarias del sector, en un contexto de inflación todavía elevada y presión sobre los salarios formales.

El corazón del acuerdo consiste en una suma fija no remunerativa de $60.000 mensuales que se abonará durante cuatro meses consecutivos: diciembre, enero, febrero y marzo. Ese monto se suma a los $40.000 también no remunerativos que los trabajadores del gremio ya venían percibiendo desde mediados de año, y que mantendrán su vigencia bajo las mismas condiciones. De este modo, el paquete total de ingresos adicionales asciende a $100.000 por mes para los empleados comprendidos en el convenio colectivo de comercio, hasta el cierre del primer trimestre de 2026.

Según lo establecido, la suma fija de $60.000 se pagará en cada uno de esos meses con carácter no remunerativo, es decir, sin aportes a la seguridad social ni incidencia plena sobre otros conceptos vinculados al salario. Sin embargo, el entendimiento incluye una cláusula relevante: el adicional correspondiente al mes de marzo se incorporará al básico desde abril, lo que generará un nuevo piso salarial para el gremio en el segundo trimestre del año próximo.

En el caso de los $40.000 ya vigentes, el acuerdo ratifica su continuidad hasta marzo de 2026, también como suma no remunerativa y bajo el mismo esquema de liquidación. El mantenimiento de este monto, que había sido definido en una revisión previa, fue uno de los puntos que el sindicato defendió para evitar una pérdida adicional del poder adquisitivo frente a la suba de precios de los últimos meses.

El gremio mercantil es uno de los más numerosos del país, con más de un millón de trabajadores distribuidos en supermercados, grandes cadenas, comercios minoristas, mayoristas y empresas de servicios vinculadas a la actividad comercial. Por esa magnitud, cada revisión paritaria del sector tiene un efecto de arrastre sobre otras negociaciones salariales, tanto en ramas de servicios como en actividades industriales y logísticas que toman como referencia los acuerdos de Comercio.

Desde la conducción sindical se destacó que el esquema de sumas fijas busca brindar una respuesta rápida a los ingresos de los empleados en un tramo del año en el que confluyen gastos fuertes, como las fiestas de fin de año, las vacaciones y el inicio del ciclo lectivo. Al mismo tiempo, se remarcó que la paritaria quedará abierta a un nuevo análisis en marzo de 2026, cuando las partes volverán a revisar la evolución de la inflación y del nivel de actividad para definir los pasos siguientes.

Del lado empresario, las cámaras del sector remarcaron que la negociación se dio en un escenario de ventas desparejas, con rubros que muestran cierta recuperación y otros que continúan afectados por la pérdida de poder de compra de los hogares. Algunos representantes advirtieron sobre el impacto de los adicionales no remunerativos en los costos laborales, en particular para comercios pequeños y medianos, aunque reconocieron que la continuidad del diálogo paritario permite evitar conflictos más profundos en plena temporada alta.

La estructura del acuerdo combina el uso de sumas fijas con posteriores incorporaciones al básico, un mecanismo que en los últimos años se volvió habitual en distintas ramas de la negociación colectiva. Este formato permite otorgar refuerzos inmediatos al sueldo de bolsillo, al tiempo que difiere en el tiempo su impacto pleno sobre las contribuciones patronales y otros elementos de la estructura salarial. Para los trabajadores, la expectativa pasa por lograr que esas sumas terminen consolidándose en el salario básico para no perder terreno frente a futuros aumentos de precios.

Analistas laborales señalan que el entendimiento en el sector comercio podría influir en las discusiones de otras actividades de servicios y en ciertas ramas industriales que suelen seguir de cerca la dinámica de este gremio. La referencia de $100.000 en concepto de adicionales no remunerativos, sumada a la perspectiva de un nuevo piso salarial desde abril, se convierte en un indicador relevante para medir las demandas de recomposición en un contexto en el que el Gobierno intenta consolidar un sendero de desaceleración inflacionaria sin enfriar más la actividad.

En paralelo, el cierre de esta revisión paritaria vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la estructura del sistema de negociación colectiva, la necesidad de brindar mayor previsibilidad a las empresas y, al mismo tiempo, de garantizar que los salarios no queden desfasados respecto de la inflación. En los próximos meses, la evolución del consumo, el empleo registrado y las cuentas de las empresas comerciales será clave para determinar si el esquema acordado funciona como un puente eficaz entre las urgencias del presente y la búsqueda de una mayor estabilidad laboral y salarial a mediano plazo.

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