La industria automotriz argentina cerró noviembre con un crecimiento del 12% en la producción respecto del mes anterior, según datos preliminares relevados por fuentes del sector. El incremento representa uno de los mejores desempeños del año y marca un punto de recuperación luego de varios meses condicionados por restricciones en el abastecimiento de insumos y una demanda interna moderada.
De acuerdo con los datos informados por terminales radicadas en el país, el repunte se explicó principalmente por la normalización en la provisión de autopartes importadas y por una mejora en los pedidos provenientes de mercados de la región, en particular Brasil. La estabilización de los flujos logísticos permitió acelerar los ritmos de ensamblado en plantas que venían operando por debajo de su capacidad instalada.
En el mercado interno, las ventas mayoristas también mostraron una variación positiva impulsada por promociones comerciales de fin de año, bonificaciones y planes de financiación que buscaron dinamizar una demanda que siguió afectada por la pérdida de poder adquisitivo. Concesionarios consultados anticipan que diciembre podría sostener la tendencia, aunque advierten que persisten incertidumbres vinculadas al nivel de ingresos reales de los consumidores.
El sector exportador fue otro de los motores del crecimiento. Las terminales lograron consolidar envíos a países vecinos gracias a acuerdos comerciales y a la recuperación parcial de la actividad en industrias vinculadas. Este desempeño permitió compensar en parte la desaceleración del mercado doméstico, reforzando el rol del sector automotor como generador de divisas.
Desde el ámbito empresario, el repunte fue interpretado como una señal alentadora, aunque se insistió en la necesidad de avanzar en un marco de estabilidad macroeconómica que permita planificar inversiones y ampliar la producción. Directivos del sector destacaron que la mejora en la disponibilidad de insumos y la previsibilidad en importaciones resultan claves para sostener el ritmo productivo.
Por el lado sindical, representantes de trabajadores de la industria valoraron el incremento de los volúmenes fabricados y señalaron que la recuperación ayuda a garantizar niveles de actividad y empleo. Sin embargo, remarcaron que el crecimiento debe acompañarse de discusiones salariales periódicas que reflejen la evolución del costo de vida.
Analistas del comercio exterior señalaron que el desempeño de noviembre se enmarca en un ciclo regional de recuperación en el que Argentina retomó parte del terreno perdido durante meses de interrupciones logísticas. No obstante, advirtieron que la sostenibilidad del repunte dependerá de la demanda internacional y de la capacidad local para mantener competitividad en un escenario de costos crecientes.
En paralelo, el Gobierno monitorea de cerca la evolución del sector automotor debido a su impacto en la actividad industrial y en la generación de empleo. Funcionarios destacaron que la mejora en la producción contribuye a dinamizar la cadena de autopartes y a reforzar la recaudación tributaria asociada a la actividad manufacturera.
De cara a los próximos meses, las terminales anticipan un cierre de año estable, con la posibilidad de una expansión moderada en el primer trimestre del próximo año si se mantienen las condiciones actuales. No obstante, persiste cautela ante la volatilidad cambiaria y la evolución de los costos operativos, dos factores que incidieron fuerte en la competitividad del sector durante el año.
La recuperación de noviembre deja al sector automotriz en una posición más favorable para encarar los desafíos de un mercado en transformación, que exige adaptación tecnológica, inversiones sostenidas y estrategias de integración regional. El desempeño reciente será un indicador clave para evaluar la solidez de la reactivación industrial en los próximos meses.
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