La industria automotriz argentina registró un repunte en noviembre, de acuerdo con los últimos datos informados por terminales del sector. Las fábricas radicadas en el país incrementaron su nivel de producción respecto del mes anterior, impulsadas principalmente por un aumento de las exportaciones hacia mercados de América Latina y una recuperación moderada en la demanda interna después de varios meses de contracción.
Según fuentes vinculadas a la cadena automotriz, el crecimiento intermensual estuvo asociado a una mayor regularidad en la provisión de autopartes importadas, que había sido uno de los principales obstáculos para el ritmo de ensamble durante el segundo semestre. La mejora en la disponibilidad de insumos permitió retomar turnos que habían sido suspendidos y dio margen a las terminales para acelerar la entrega de unidades a la red comercial.
En paralelo, las exportaciones mostraron un comportamiento más dinámico hacia países vecinos, donde la normalización de inventarios y los acuerdos comerciales vigentes generaron mejores condiciones para la colocación de vehículos fabricados localmente. El sector destaca especialmente la demanda de pick-ups, uno de los segmentos con mayor competitividad argentina en el mercado regional.
Con relación al mercado interno, concesionarios y fabricantes coinciden en que noviembre dejó señales tempranas de estabilización, aunque lejos aún de los niveles previos a la caída de la actividad. Las consultas de clientes aumentaron de forma moderada y se registró un mayor movimiento en operaciones de vehículos de gama media, beneficiadas por condiciones comerciales más flexibles y por programas de financiación acordados entre bancos y empresas del sector.
A pesar del crecimiento mensual, referentes de la industria advierten que el escenario sigue siendo desafiante. La volatilidad macroeconómica, las variaciones en el tipo de cambio y la presión de costos continúan afectando la planificación de las terminales. No obstante, el repunte productivo es visto como un indicador positivo de que las condiciones de operación se han vuelto más previsibles en el corto plazo.
Las autopartistas también experimentaron una mejora en la actividad, aunque de manera desigual. Algunas empresas lograron aumentar su ritmo de trabajo gracias a nuevos pedidos de terminales, mientras que otras mantienen dificultades para financiar capital de trabajo o importar insumos clave. Desde el sector señalan que la reactivación parcial todavía no alcanza para compensar los meses de baja producción acumulada en el año.
En las provincias donde se concentra la actividad automotriz, como Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, el repunte productivo tuvo efectos indirectos en empresas de logística, metalmecánica y servicios industriales. Autoridades locales destacaron que la continuidad del ritmo de producción es crucial para sostener el empleo directo e indirecto que depende del sector.
Analistas del mercado automotor sostienen que el comportamiento de diciembre será clave para proyectar la producción del primer trimestre de 2026. Si las exportaciones mantienen su ritmo y la demanda interna inicia un sendero de recuperación gradual, la industria podría consolidar un piso de crecimiento más estable. Sin embargo, advierten que factores como los precios de insumos importados y la competitividad cambiaria seguirán condicionando la evolución del sector.
Desde las concesionarias, en tanto, remarcan que las promociones y mecanismos de financiación seguirán siendo herramientas centrales para impulsar las ventas. Algunos operadores del mercado esperan que el inicio del nuevo año traiga mayor certidumbre sobre la evolución del poder adquisitivo, lo que podría favorecer decisiones de compra postergadas durante gran parte del ciclo recesivo.
Mientras tanto, el Gobierno sigue de cerca el desempeño de la industria, considerada estratégica por su encadenamiento productivo y su aporte a las exportaciones. En distintos encuentros con empresas del sector, las autoridades analizaron alternativas para mejorar el acceso a insumos y fortalecer la competitividad, incluyendo mecanismos de financiamiento y acuerdos bilaterales orientados a consolidar mercados externos.
De cara a 2026, el sector automotriz se encuentra ante un escenario de cautela, aunque con señales de mejora. El desempeño de noviembre dejó una impresión favorable entre los actores de la cadena productiva, que observan con atención si la tendencia podrá sostenerse en los próximos meses. Para las terminales, la clave será lograr continuidad operativa sin sobresaltos, mientras que para el mercado interno el desafío será recuperar el impulso de consumo en un contexto económico todavía frágil.