El Ministerio de Salud firmó un convenio con universidades públicas y privadas para que las facultades de medicina puedan entregar la matrícula profesional al mismo tiempo que el título de grado. El acuerdo apunta a simplificar los trámites administrativos y acortar los tiempos de inserción de los nuevos médicos en el sistema sanitario, en un contexto de alta demanda de profesionales en distintas regiones del país.
Hasta ahora, la mayoría de los egresados debía transitar un circuito adicional ante los colegios profesionales o las carteras sanitarias jurisdiccionales para obtener la matrícula que les permite ejercer. Ese proceso solía requerir la presentación de documentación en varias dependencias, demoras en la validación de antecedentes y plazos que, en algunos casos, se extendían por varios meses antes de que el profesional pudiera incorporarse plenamente a la práctica asistencial.
Con el nuevo esquema, las universidades que adhieran al convenio podrán completar de manera integrada la etapa final de verificación de requisitos y emitir, junto con el diploma, la constancia de matrícula habilitante. Para eso, se establecerán protocolos de intercambio de información entre las instituciones académicas y las autoridades sanitarias, de modo de asegurar que los datos de los nuevos profesionales queden incorporados a los registros oficiales de manera inmediata.
En la cartera sanitaria explicaron que el objetivo central es reducir los tiempos muertos entre la graduación y el comienzo del ejercicio profesional, especialmente en áreas donde existe déficit de médicos. La agilización del trámite permitiría que los egresados se sumen más rápido a guardias, centros de atención primaria y servicios hospitalarios, reforzando la capacidad de respuesta del sistema público y privado.
El convenio también prevé instancias de control de calidad académica y de cumplimiento de los planes de estudio. Las universidades deberán acreditar que sus carreras de medicina cuentan con la debida evaluación y reconocimiento, y se articulará con los mecanismos ya vigentes de acreditación de títulos. De este modo, se busca garantizar que la simplificación del proceso administrativo no implique una reducción en los estándares de formación profesional.
Autoridades universitarias destacaron que la medida responde a un reclamo de larga data de estudiantes y graduados recientes, que veían en la etapa de matriculación un cuello de botella para el inicio de la vida laboral. Señalaron que la posibilidad de completar el circuito dentro de la misma institución donde se cursó la carrera brinda mayor previsibilidad y permite planificar mejor la transición hacia residencias, concurrencias u otras modalidades de inserción en el sistema de salud.
Desde las provincias, en tanto, se seguirá de cerca la implementación del convenio, dado que las jurisdicciones conservan competencias específicas en materia de habilitación profesional. El acuerdo contempla mecanismos para que las autoridades sanitarias locales reciban información actualizada sobre los nuevos matriculados y puedan compatibilizar la base nacional con los registros provinciales, evitando superposiciones o vacíos de control.
Especialistas en políticas de recursos humanos en salud consideran que la medida se inscribe en una agenda más amplia de fortalecimiento del sistema, que incluye la planificación de la oferta de médicos por especialidad y región, la mejora de los incentivos para el trabajo en zonas alejadas y la actualización permanente de las competencias profesionales. En ese marco, acelerar la entrada de nuevos profesionales es una condición necesaria, aunque no suficiente, para mejorar la cobertura.
Organizaciones que nuclean a profesionales jóvenes valoraron el cambio como un alivio concreto en un momento en el que la situación económica hace más difícil sostener períodos prolongados sin ingresos formales. También plantearon que la simplificación de la matrícula debería acompañarse de herramientas de orientación laboral y de acceso a información clara sobre residencias, concursos y oportunidades en el sector público y privado.
De cara a los próximos meses, el desafío estará en poner en práctica el convenio en todas las universidades que se sumen a la iniciativa, armonizar los sistemas informáticos y capacitar al personal administrativo involucrado. El éxito de la medida se medirá, en última instancia, por la reducción efectiva de los tiempos de matriculación y por la capacidad del sistema de salud de incorporar con mayor rapidez a los nuevos médicos que el país forma cada año.
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