Ir a página principal
Actualidad Argentina — Información y análisis nacional

El sector lácteo alerta por fuerte caída del consumo y cierre de tambos en todo el país

La cadena láctea argentina atraviesa una de las crisis más profundas de los últimos años, marcada por una fuerte caída del consumo interno, aumentos de costos productivos y el cierre progresivo de tambos en distintas provincias. Industriales y productores advierten que la situación se vuelve cada vez más delicada y que, sin medidas de sostén, podría impactar de manera estructural en la oferta de leche disponible para el mercado local.

De acuerdo con datos recientes relevados por cámaras del sector, el consumo de leche fluida y derivados cayó entre un 12% y un 18% en lo que va del año. La merma se explica por la pérdida del poder adquisitivo de los hogares, que derivó en una sustitución hacia productos más económicos o en la reducción directa del volumen comprado. Las ventas de quesos blandos y yogures también muestran retrocesos significativos, en línea con la contracción del gasto en alimentos procesados.

La caída del consumo coincide con un incremento de los costos de producción en los tambos. Los valores de alimentos balanceados, insumos veterinarios y combustible se mantuvieron en alza, afectando la rentabilidad de los productores. Según referentes del sector, en muchas regiones el precio que reciben los tamberos no logra cubrir los costos básicos de alimentación y mantenimiento, lo que genera un escenario de inviabilidad financiera para establecimientos pequeños y medianos.

Las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe concentran la mayor parte de los tambos que cerraron en los últimos meses. Si bien el proceso de reducción del número de establecimientos lleva más de una década, referentes del sector afirman que la aceleración de este año es particularmente preocupante. El cierre de cada tambo implica, además, la pérdida de empleo rural y la desaparición de unidades productivas familiares que forman parte de la estructura histórica del sector.

En la industria, el panorama es igualmente desafiante. Las plantas procesadoras enfrentan menores volúmenes de materia prima, mayor capacidad ociosa y dificultades para trasladar costos a precios finales sin afectar aún más el consumo. Algunas firmas evalúan ajustar líneas de producción, mientras que otras apelan a estrategias comerciales como promociones y envases más pequeños para sostener la demanda.

El Gobierno nacional sigue de cerca la situación y mantiene conversaciones con representantes de la producción y la industria. Entre las alternativas en evaluación figuran incentivos transitorios para los tambos de menor escala, esquemas de financiamiento con tasas preferenciales y la revisión de los mecanismos de formación de precios en la cadena. No obstante, fuentes oficiales señalan que cualquier medida deberá equilibrar la necesidad de sostener al sector con la meta de no ampliar el gasto público.

Para los especialistas en economía agroindustrial, la crisis actual expone las fragilidades estructurales del sector lácteo argentino: alta volatilidad de costos, baja escala promedio de producción, dependencia del consumo interno y dificultades para consolidar un perfil exportador estable. También resaltan que, sin un incremento del poder adquisitivo de las familias, la recuperación del mercado doméstico será lenta.

En paralelo, organizaciones rurales reclaman que se establezca un mecanismo transparente de costo de referencia para la leche cruda, que permita evitar desalineamientos entre el precio que recibe el productor y los incrementos en góndola. Según plantean, la brecha entre ambos valores se amplió durante los últimos meses, lo que deja a los tamberos en una posición cada vez más vulnerable.

En el interior del país, la crisis del sector lácteo también tiene impacto en economías regionales que dependen en gran medida de la actividad. Ciudades y pueblos vinculados a la producción y el transporte de leche enfrentan una caída del movimiento comercial, lo que agrava la situación económica local y genera preocupación entre autoridades municipales.

La incertidumbre sobre el futuro cercano del sector podría resolverse en parte cuando se definan las medidas oficiales y los acuerdos internos en la cadena. Mientras tanto, productores y empresarios coinciden en que el desafío será atravesar los próximos meses sin perder más tambos y sin una caída adicional del consumo que comprometa aún más la sustentabilidad de una actividad clave para la alimentación y el empleo rural del país.

© 2025 Octavio Chaparro. Todos los derechos reservados.

Aviso legal: Este texto es obra original de su autor y se encuentra protegido por la legislación internacional de propiedad intelectual. Queda prohibida su reproducción total o parcial, distribución o comunicación pública sin autorización expresa del titular.

Ir a página principal